La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha reconocido en un artículo que más de 50 países realizan actividades ligadas a una modificación artificial del tiempo, del clima. Es decir, dinamitan los embalses en tiempos de sequía, queman intencionadamente nuestros bosques, fumigan los cielos con intenciones no conocidas y a la vez, pretenden que nos creamos el cuento del “Cambio climático”.
Si hasta la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha desembalsado agua sin avisar a esos agricultores andaluces que ven como se secan sus campos. Todo esto no puede ser simple casualidad. Los precursores de la dañina Agenda 2030 están detrás de todo este despropósito que nos pretende arrebatar todo lo conseguido en muchas décadas de duro trabajo, lo material, nuestro bienestar, y lo inmaterial, nuestros derechos y libertades.
Soy de los convencidos de que la influencia del ser humano y sus actividades sobre el clima son insignificantes, pues ahí influyen decisivamente, el sol, la luna o lo que ocurre en el centro de nuestro planeta, y sobre eso no podemos hacer absolutamente nada. El hombre sí actúa decisivamente en el medio ambiente y ahí es donde tenemos que esmerarnos.
El problema radica en que desconocemos cómo están tratando de modificar el clima esos 50 países y si eso repercute en los que no lo hacen, pues viendo el percal de los políticos de hoy en día, hasta serían capaces de utilizar el cambio provocado del clima como un arma.
Mientras más cosa sabemos, más claro está, que el llamado “Cambio climático” solo sirve para empobrecer a occidente y beneficiar a China y a otras economías. Los promotores de esta gran mentira deberían pagar por lo que están cometiendo.