Es evidente que Sánchez no se conforma con habernos arruinado, económicamente a los españoles y moralmente a nuestra sociedad, pues ahora ha tomado la decisión de seguir amargándonos la vida convocando elecciones generales el 23 de julio, uno de los días más calurosos del año y fecha que coincide con el periodo vacacional de al menos el 20% de los españoles y lo más grave, con un servicio de Correos solo con el 70% del personal.
El CSIF, principal sindicato de correos, recuerda en una nota de prensa “que los 2.500 contratos de refuerzo con los que Correos solventó las elecciones municipales y autonómicas del 28-Mayo fueron totalmente insuficientes y se originó un sobreesfuerzo por parte de una plantilla que está diezmada de forma crónica». Y ahora el incremento de peticiones de voto por correo será claramente superior. «De cara a las elecciones del 23-J, la situación se complica porque calculamos que más de un 25% de la plantilla estará de vacaciones. La única forma de solucionarlo es con una alta contratación de refuerzo para evitar aglomeraciones y ofrecer el servicio que merece la ciudadanía», indicando también que “Correos necesita 10.000 contratos de refuerzo para hacer frente a las elecciones del 23-J. La avalancha de peticiones de voto por Correo será evidente ante la fijación de los comicios en etapa de vacaciones y el refuerzo de personal es necesario para evitar problemas.
Teniendo en cuenta que el Gobierno ya ha asegurado que ese refuerzo de plantilla que pide CSIF “ni de cerca se va a producir”, solo cabe preguntarnos ¿Qué es lo que pretende el infame de Sánchez? Yo al menos lo tengo muy claro.
Sánchez debe pensar y se equivoca, que entre los que veranean hay más personas que votan a la derecha, algo bastante discutible, y que ante un voto por correo masivo y el posible colapso de Correos, los encargados de gestionarlo, será mucho más fácil cometer irregularidades que puedan cambiar el resultado final o al menos, que minimice la aplastante derrota que va a sufrir.
Y qué decir del daño que su decisión va a infringir a nuestra economía, sobre todo, al sector hostelero, pues las cancelaciones y cambios de fecha a estas alturas va a suponer una “auténtica locura”. Yo personalmente, les enviaría un mensaje a todos esos españoles, indicándoles que vale la pena no poder llevar a cabo nuestras vacaciones, tal y como las teníamos previstas, con tal de expulsar de la política con nuestro voto a este auténtico “cáncer” llamado Pedro Sánchez.