Con fecha 9 de mayo, la COPE ha enviado una carta a los partidos políticos que se presentan a las elecciones andaluzas, informándoles de la programación especial que han confeccionado. Para sorpresa de casi todos, pretenden realizar dos debates electorales, uno con los candidatos de PP y PSOE, Juanma Moreno y Juan Espadas, y otro, con los candidatos de Ciudadanos y Vox, Juan Marín y Macarena Olona.
Resulta sorprendente que, cuando es la primera vez que tres partidos optan a la victoria electoral, la COPE maniobre para apartar a Vox del debate principal pretendiendo relegarlo a un “debate basura” con Juan Marín, candidato de un partido moribundo que posiblemente ni consiga representación.
Evidentemente, Juanma Moreno, parece el mejor situado para conseguir el triunfo electoral, pero no se puede obviar la posibilidad de que la candidata de Vox supere a un PSOE en sus horas más bajas y con el peor candidato posible. Nadie puede negar a estas alturas que Vox es un partido en alza, que tiene muchísimo voto oculto que no se contabiliza nunca en los sondeos, y que por ello se equivocan siempre, y por supuesto, nadie duda, de que Macarena Olona es ya un peso pesado de la política española y capaz de cualquier cosa. Por todo esto, la censura de la COPE indigna a los andaluces de bien, la mayoría de ellos, creyentes.
También, Carlos Herrera, tendrá que decir, cual es su nivel de responsabilidad en esta decisión caciquil de COPE, pues el prestigio profesional que tiene entre la derecha española podría quedar muy tocado. Y qué decir, de una Conferencia Episcopal que discrimina al único partido pro Vida del espectro político español.
La jerarquía eclesiástica está consiguiendo con sus polémicas decisiones que cada vez más de sus fieles se sientan más cristianos y menos católicos.
Estimado Alejandro Magna Calva: Cuando mi hermano Jesús hizo la visita ad limina a San Juan Pablo II le preguntó algunas cosas, a petición mía, y contestó que todo estaba en la Biblia y que la abriera al azar. El Apocalipsis lo primero, y, lo segundo, una reflexión de un profeta menor sorprendente : «miré y algún hombre vi, a ninguna mujer vi», lo que es sentencia de muerte para la humanidad. El concilio Vaticano II abrió la puerta a Satanás y cope uno de sus 👿.
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