Resulta, decepcionante y clarificante a la vez, conocer que tras el supuesto bloqueo impuesto a Rusia tras su aún frustrado intento de invasión de Ucrania, los países europeos le paguen aún más dinero del que le pagaban a los rusos por las compras que le hacen en la actualidad. Le compran menos, pero como el precio se ha disparado, Rusia ingresa más, gana más, y curiosamente, los miembros de la Unión Europea le financian la guerra.
Las medidas tomadas contra Rusia, castigan mucho más a los ciudadanos de la UE que a la propia Rusia, lo que me convence que se nos está engañando miserablemente. Alargar la guerra, significa para las élites europeas acelerar la implantación de esa Agenda 2030 que nos arrebata muchas de nuestras libertades y nos empobrece.
¿Cómo se explica, que los españoles no podamos explotar por ley los recursos energéticos que poseemos en nuestro territorio nacional, el litio, el uranio, el gas y otros muchos? ¿Cómo se explica, que mientras otros ya han decidido potenciar la energía nuclear, aquí siga siendo tabú? Es todo un sin sentido donde la ideología de unos y la cobardía y el acatamiento de otros, nos están arrebatando ese supuesto Estado del bienestar al que llegamos y del que nos hemos ido casi sin enterarnos.
Lo que está ocurriendo no puede ser fruto del azar, más bien pienso que esos que dirigen el mundo decidieron un buen día que las clases medias y las clases trabajadoras de los países occidentales vivían demasiado bien y eso tenía que acabarse. El instrumento elegido por ellos ha sido claramente la famosa Agenda 2030.