Desde ahora, las madres delincuentes que tomen la decisión de secuestrar a sus propios hijos para impedir que el padre pueda verlos, aunque el juez haya establecido el régimen obligatorio de visitas, saben que el sistema las ampara y que tarde o temprano serán ayudadas para eludir cumplir su pena de cárcel.
La concesión del indulto parcial a María Sevilla, lideresa de la organización criminal “Infancia Libre” y condenada por sustracción de menores al secuestrar a sus hijos, solo se ha hecho por simpatía política, ya que esa mafia es uno de los múltiples chiringuitos podemitas, vamos, comunistas. Los psicólogos han manifestado que sus hijos prefieren no estar con ella, algo muy significativo.
Hay que reconocer que la dictadura del heteromatriarcado se hace fuerte y hasta ya se atreve a animar y jalear a quienes interponen falsas denuncias por agresión sexual. Lo que se comunica a las mujeres es el mensaje de que por el hecho de ser mujer ciertos delitos quedan normalizados, hasta a esa aberración estamos llegando.
Han conseguido que, si una manada secuestra y viola a una mujer, si es de españoles, se le da al delito mucha publicidad, si es de inmigrantes, se le oculta a la opinión pública; de las denuncias interpuestas por maltrato, que la mayor parte de ellas son desestimadas, ni se investigan ni se dan porcentajes de cuantas son falsas; y por supuesto, ningún medio le da la palabra a un experto para que nos explique la causa de porqué los protagonistas de los suicidios son en su gran mayoría hombres y su relación con las perversas leyes de género.