En la visita de ayer de Sánchez a Ucrania, vimos a un personaje sin escrúpulos, a todo un farsante profesional, que acudió a hacerse la foto para ser protagonista en los medios, tener sus minutos de gloria y muy poco más, ya que todo forma parte de esa infamia en la que está instalado.
La realidad es, que nuestro Gobierno, le está dando mucho más a Rusia, a la que le compra mucho más gas del que le compraba antes de la guerra que a Ucrania, pues anunciar la próxima entrega de seis carros de combate Leopard cuya situación previa se acercaba a la “chatarra”, roza lo cruel, eso sí, dijo que lo mismo, España haría un esfuerzo y entregaría diez unidades.
Nuestro infame presidente, les prometió en marzo de 2022 a los refugiados ucranianos “toda la protección y oportunidades posibles” y ahora se van de España al sentirse completamente desamparados por el gobierno de Sánchez. Hace un año llegaron a España unos 110.000, eran en su mayoría mujeres, niños y ancianos, pues los hombres en edad militar habían sido movilizados.
Ya en noviembre, 19 asociaciones ucranianas señalaron: «Durante todo este tiempo los ciudadanos ucranianos no han recibido ayudas del estado español, y la ayuda anunciada en agosto por parte de las autoridades, en este momento, tampoco se ha terminado de gestionar para que los refugiados obtengan, aunque sea un mínimo de ayuda de sus necesidades básicas». Las asociaciones ucranianas urgieron al gobierno a «tomar todas las medidas, para no sólo dar instrucciones a las autoridades locales, sino para asegurar el cumplimiento de la normativa, que asegura la ayuda a los ciudadanos ucranianos que no son beneficiarias de los programas oficiales de ayuda». Por lo visto, el gobierno de Sánchez no les hizo ni caso.
Y lo curioso es, que el Gobierno aprobó las ayudas, pero estas nunca llegaron a los que supuestamente eran los destinatarios finales ¿dónde está ese dinero? Conociendo el curriculum delictivo del PSOE, es fácil suponerlo. Como resultado de esto, muchos ucranianos han pasado de tener el estatus de refugiados, al de mendigos en las denominadas “colas del hambre”.
El pueblo español se parece muy poco a su Gobierno, pues la iniciativa privada sí que ha estado a la altura, siendo en ese aspecto los líderes europeos solo por detrás de la gran Polonia.
Y mientras tanto, la parte comunista de nuestro Gobierno, haciendo llamamientos al cese de la guerra y a la negociación, pues de esa manera, el invasor, su amigo Putin, saldría ganando. Solo hay una salida digna, que el invadido expulse al invasor de su territorio, recordemos lo que hicieron nuestros antepasados cuando Napoleón, cuando los franceses nos invadieron.