Nunca me he considerado una
persona pesimista, pero tengo que reconocer que, en el caso que nos ocupa, veo
con bastante pesimismo el futuro próximo. Independientemente de que el Gobierno
lo haya hecho todo, tarde y mal, que ahora se proponga iniciar un
desconfinamiento progresivo continuando completamente a ciegas, puede ser
catastrófico.
Desde hace varias semanas nos
están proporcionando datos, casi todos ellos falsos, llegamos a pensar que el
de fallecidos sería fiable, pero tampoco, pues al solo contabilizar los muertos
diagnosticados de Covid-19, por ejemplo, en las residencias de ancianos, todos
esos miles de fallecidos no eran incorporados a las estadísticas al no haberles
realizados los preceptivos test.
Y qué decir del número de
contagiados que nos facilitan, pues al no hacer test masivos, solo cuentan a
quienes reclaman la asistencia sanitaria, mientras que la gran mayoría se queda
en casa al padecer síntomas más leves, y si ya hablamos de los contagiados
asintomáticos, muchos de ellos niños, entonces podemos echarnos a llorar. No
olvidemos que, los asintomáticos y los que sufren síntomas leves, están
contagiados y contagian. Esos 210.000 contagiados oficiales, podrían ser
millones.
Iniciar un desconfinamiento
de la población sin tener ni la más remota idea de cómo está la situación, es
algo irresponsable, y las consecuencias de esa irresponsabilidad nos podrá
conducir a una crisis económica y social mucho más grave que a los países de
nuestro entorno.
Y la gran pregunta, ¿por qué
el Gobierno de España no ha realizado los test masivos necesarios? ¿Quizás ha sido
por su incapacidad de conseguir test fiables?
Y por cierto, el canallismo
de este Gobierno es tal, que ya hasta impiden que el ciudadano que quiera
hacerse un test por decisión propia y costeándoselo él, no pueda hacerlo.