Cuando Juan Marín se ha atrevido a atacar a Vox relacionándolo con el franquismo, siguiendo el mismo guion de la izquierda, es que debe estar muy nervioso viendo que su partido no tiene futuro y que él solo lo tendría si el PP tuviese un gesto caritativo con su persona.
Decir que «Vox no va a cantar el Cara al Sol en Andalucía mientras yo esté aquí» es una estupidez, primero, porque es evidente que Vox como partido nada tiene que ver con el franquismo, y segundo, porque al que le guste cantar a título particular el Cara al Sol, es evidente, que preferiría antes a Vox que a un tipo que es un simple profesional de la política sin ideología conocida, pues con tal de seguir comiendo de la política pacta igual “con Juana que con su hermana”.
Juan Marín, olvida que él es vicepresidente de la Junta de Andalucía gracias a que Vox lo permitió. Olvida que al final, el PP tendrá que elegir al que tiene escaños y no al que desaparece de la vida política. Pues de cumplirse las últimas encuestas, Vox tendría un papel mucho más relevante en la futura reelección de Moreno como presidente andaluz y Ciudadanos se desplomaría hasta el punto de que el PP no podría contar con ellos al no sumar los escaños.
El que no dudó en apoyar al PSOE de Susana Díaz, el partido más corrupto de nuestra historia, y se reunía a escondidas en una estación gaditana con dirigentes comunistas andaluces, con esos que aún cantan la internacional, ahora nos viene con estas.
Un político profesional, como lo es Marín, al final se convierte en esa “garrapata” que cambia de huésped cuando ve que se le termina el suministro de alimento. El problema, es que a este lo mismo se le han acabado los huéspedes y tiene que volver a “arreglar relojes”.