Cuando el Gobierno central delega en los gobiernos autonómicos para que tomen sus propias decisiones, para ellos no mojarse, entramos en un juego de ilegalidad constante. Existe el principio llamado “de jerarquía normativa” ya que las leyes autonómicas están por debajo de las leyes centrales, de la Constitución, de los tratados internacionales, están por debajo de la declaración universal de los derechos humanos y están, por supuesto, por debajo de la ley natural.
Estamos hartos de ver que los altos tribunales aprueban medidas como el llamado Pasaporte Covid, olvidamos que los tribunales ratifican en función de leyes previamente dictadas, ellos no legislan, solo legisla el legislativo. Los políticos utilizan a la Justicia como coartada a sus fechorías.
Nos tienen instalados en el teatro del miedo, ya es hora de que la ciudadanía se defienda de tanto abuso. Si vamos a cualquier negocio y nos piden el famoso Pasaporte Covid, tenemos que entender que eso es absolutamente ilegal, pues nadie del negocio tiene potestad para exigir a ningún ciudadano sus datos privados, ya que en ese momento cometería varios delitos, delito contra el derecho a la intimidad, delito contra la ley de protección de datos, delito de coacción y delito de discriminación, todos ellos denunciables y ganables ante un tribunal, pues nuestros datos personales solo puede pedírnoslos un agente de la autoridad identificándose.
Dejemos de tener miedo, dejemos de asustarnos ante esas noticias sensacionalistas, dramáticas y alarmistas que nos dispensan cuando a ellos les interesa a través de los medios que controlan. Aceptar el Pasaporte Covid, es abrir la puerta a la peor de las dictaduras totalitarias, esa que pretende arrebatarnos nuestras libertades civiles. Si aceptamos esto, luego vendrá los demás y todo estará perdido.
Y que conste, me he puesto las dos primeras vacunas, por ello, no soy ningún negacionista. Solo defiendo esas libertades que tanto nos ha costado conseguir, a nosotros y a nuestros padres.