Si los partidos
constitucionalistas consideran, que la gestión del Gobierno es caótica, y que
está plagada de improvisaciones y mentiras, me resulta difícil entender por qué
Pablo Casado ha tomado la decisión de que su partido, el Partido Popular, siga
apoyando este letal plan de despropósitos. Me parece mucho más coherente la
postura de Abascal y los suyos, pues no se puede encargar a un incendiario que
apague el fuego que él alimentó. Apoyando a Sánchez, se es corresponsable de
las consecuencias que provoquen las medidas apoyadas.
Isa Serra, portavoz de Unidas
Podemos en Madrid, acaba de ser condenada por el Tribunal Superior de Justicia
de Madrid, a una pena de 19 meses de prisión, por atentados contra la autoridad,
lesiones y daños. Hechos que cometió durante su participación en un desahucio
desarrollado en el barrio de Lavapiés en 2014.
Esta mujer, que no señora,
pues eso hay que ganárselo, profirió gravísimos insultos, empujó y arrojó
objetos contundentes contra la Policía. A una agente de la Policía Municipal,
está demostrado que le dijo “Eres cocainómana, mala madre, no te quieren ni tus
propios compañeros” y a otra agente le dijo “Si fuera tu hijo tendría que
cogerte un arma y pegarte un tiro”. En lo que dijo ese día queda reflejada con
claridad la catadura moral de esta podemita.
Tras conocerse la sentencia,
los líderes podemitas, Iglesias, Montero y Echenique, se han dedicado a hacer
declaraciones vergonzosas e incompatibles con el Estado de Derecho a los
distintos medios, calificando la sentencia como de vergüenza e injusta y arremetiendo contra la Justicia. Un
partido como Unidas Podemos, que considera lícito insultar y agredir a los
miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que, recibiendo
órdenes realizan su trabajo, no puede estar dentro de la legalidad.