El importante índice de mortalidad de la pandemia produjo una considerable reducción de la población europea, pero tras ella, Europa sigue perdiendo población. Si sumamos, en estos dos últimos años, Europa ha perdido más de 650.000 habitantes.

El índice de nacimientos en todos los países de la UE es muy bajo y si estas cifras de habitantes no han caído de forma mucho más preocupante, ha sido por la llegada masiva y descontrolada de inmigrantes. Resulta vergonzoso observar, como la Comisión Europea está inmersa en su Agenda 2030 climática y en su preocupación para que nuestros alimentos sean los más sanos del mundo, que está dispuestos a hacernos comer insectos antes que preocuparse por el suicidio demográfico que se avecina. Solo Hungría está poniendo en marcha planes muy serios y parece que en muy poco tiempo puede darle la vuelta a la natalidad en su país.

Uno de los grandes problemas de los países europeos es que, dentro de poco, la suma de empleados públicos, más la de pensionistas, más la de los desempleados, puede ser superior a la de los que trabajan y que, por lo tanto, habrá más gente cobrando que la que trabaja para sostener el sistema. Mientras, en España, nuestro Gobierno nos miente diciéndonos que con su reforma se solucionan las pensiones del futuro.

La UE está al servicio, no de los europeos, si no de esas élites globalistas que dicen que somos demasiados y que cada niño que llega al mundo no es un motivo de alegría, sino una carga más para el planeta. La natalidad está por debajo de la tasa de remplazo en todo el continente, lo que nos lleva inexorablemente al suicidio demográfico.

Incluso desde las instituciones, se ataca a la familia o se legisla contra ella, por ser la unidad básica de la sociedad, un espacio siempre de libertad y un obstáculo en ese proceso de ingeniería social que lleva a cabo la izquierda con la complicidad cobarde de esa supuesta derecha vendida que también padecemos en España. En España, el 10% de los niños que nacen ya son de padre musulmán y en provincias como Almería, Gerona, Lérida o Tarragona supera de forma amplia el 20%.

Lo que culminaron los Reyes Católicos, expulsando a los musulmanes de Europa y recuperando España para la Cristiandad, lo van a conseguir los derrotados y expulsados de entones sin luchar, simplemente invadiéndonos con la complicidad de nuestros gobernantes y teniendo muchos hijos.